Hoy se ha celebrado la tercera vista de la apelación que la Asociación para la Ayuda Legal por los Drechos Humanos (AHRLA) presentó contra la decisión del gobierno egipcio de cerrar la organización, en setiembre pasado. El mismo tribunal tenía que examinar también el caso de Centro de Servicios para Sindicatos y Trabajadores (CTUWS), cerrado unos días antes que la AHRLA.
El cierre de estas dos organizaciones, junta a la campaña judicial lanzada contra la prensa, muestra la voluntad del régimen egipcio de silenciar -o disciplinar- a sus críticos. La excusa legal para el cierre es que la AHRLA no documentó apropiadamente la ayuda extranjera que recibió en 2003 (lo que está teóricamente prohibido). La asociación, como me ha comentado Mohamed al-Bayumi, abogado de la asociación, "fue muy activa el año pasado denunciando casos de torturas policiales". Ahora están rabajando en otro local, como si de una empresa se tratara.
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